miércoles, junio 27, 2007

Habían sido unos días relativamente tranquilos, sin dolores mayores, hasta q se me ocurrió empezar a bajar la dosis de meprednisona de 70 mg diarios a 60.
No puedo decir grave error, por q los corticoides son arma de doble filo, pero esa pequeña variación en la dosis, me provocó un ataque muy fuerte, aunq breve. Unos 15 minutos diría yo.
Siempre hemicránea supraorbital derecha, lagrimeo en el ojo y vasoconstricción nasal. La vasodilatación de las dos ramas de la carótida derecha es tan grande q siento como mueve el paquete de friopack sobre mi cabeza. Solo 15 minutos de dulce dolor. No podría rechazar esa oferta, teniendo en cuenta q otras veces han llegado a durar casi 6 horas.
A mi dosis normal de "cortis" y alprazolam, sumadas a las esporádicas de dextropopoxifeno, cuando el dolor es insoportable, decidí sumarle el propranolol, q tiene por efecto reducir la tensión arterial y con ello la fuerza de la vasodilatación, la responsable de mi dolor de mate.
Aun hay otros por ver, pero como no les conozco las dosis, se los voy a dejar a la neuróloga.
Verapamil y diltiazem, aguantenme en la farmacia.

martes, junio 19, 2007

Estoy deshecho por los nervios.
Tiemblo como hoja.
Se me acabó el alplax y hasta mañana no voy a tener la nueva receta.
Mañana rindo y no estudié casi nada.
Acabo de ver La Guerra de los Mundos y terminé con los ojos llenos de lágrimas.
Los corticoides generan una especie de desasosiego imposible de describir.
Para colmo de males, ayer se me partió una muela.

La puta q los parió. Odio sentirme así.

lunes, junio 18, 2007

Cada 2 o 3 años tengo mis episodios migrañosos y me creo el tipo mas infeliz del mundo, no solo por el dolor en si mismo, sino por todo lo q los analgésicos y demás medicamentos me generan. Sin embargo hoy me di cuenta q se puede estar peor.

Víctima de una especie de cáncer fulminante, falleció ayer Guillermo, de 27 años. Un chico a quien conocí cuando tenía 9 y aunq no era mi amigo, si estaba bastante allegado a su familia. Los desconsolados fueron sus padres y sus tres hermanas.

Aún no tengo estabilizada la dosis de los corticoides. Todo es culpa mía por tratar de tomar menos de lo q normalmente me hace efecto. Aún así, sintiéndome aturdido y con una leve fotofobia, me atreví a ir al velatorio, en el Cerro de las Rosas. Estuve un rato allí, saludando a los familiares y luego ocupé un modesto lugar en una de las esquinas de la sala velatoria. Ya había demasiada gente para mi gusto, pero no quería pensar demasiado en ello, no necesitaba además un ataque de pánico o algo así. Entre q así me sentía, La veo entrar, con su larga cabellera rubia cual un Alto Elfo. Nos miramos un ratito y me hizo mucho bien, me trajo paz. Nadie sabe lo nuestro, si acaso pasa algo, así es q solo me acerqué un rato a ella y la saludé. Mientras alguien decía unas palabras en honor al difunto y su familia, le tomé la mano a la altura de la muñeca. Ella me dejó hacerlo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, otrora pálido, ahora enrojecido por las lágrimas solidarias. Antes q se comenzara a retirar el féretro, las manos volvieron a su lugar y cada uno a su posición de apenas conocidos.

Cuando venga otro ataque, no puedo decir q no seré el mas desdichado de todos, ni q tampoco nunca mas rogaré por mi muerte, pero ahora se q hay quienes al menos por estos tiempos, la pasan peor.

viernes, junio 15, 2007

Como ya les había contado estaba tomando los corticoides q me quedaban de una crisis anterior. Necesitaba estar bien por q el miércoles no podía faltar a la facu. El problema es q no me iban a alcanzar para hoy viernes cuando tenía turno para la neuróloga, así es q mágicamente debía ir estirándolos para q me alcanzara la última toma para el jueves a la noche y el viernes a la mañana estar lo mas normal posible para ir al hospital. La llegada estuvo casi normal, salvo con esas apariciones fantasmales de dolor q no duele, pero q está. Se q es difícil de entender: “El dolor está, pero no duele”. Suena en la cabeza como una advertencia: “Ahora te tendrías q estar revolcando hijo de puta”. Imposible no tener miedo.

Salgo del Privado con mi preciada receta en el bolsillo, pero ya hay algo q ya no está bien. No quise pedir q me llevara mi viejo al nosocomio, así es q me fui en el bondi, q me deja justo en la puerta de la facu y está a unas 6 cuadras del Hospital. Ahora tenía q volver esas mismas cuadras, pero con mi fantasma mas real q nunca sobre mis hombros. El sol, q me había parecido tan grato a la ida, se volvía mi peor enemigo. No podía ver y me desorientaba. Llego a la facu, realizo el brevísimo trámite de ver mi nota del miércoles y con un agrado q seguro no se reflejó en mi rostro, compruebo q puedo rendir el último examen de Análisis.

Ahora el colectivo. Lo esperé al frente de la facu, bajo la sombra del grueso tronco de un eucaliptus. Al menos no tenía luz directa en la cabeza. Aparece un colectivo azul, pero no es, es el A2. Rogaba q viniera otro pronto, además a esa hora no pasa un puto taxi por ahí, o es q yo no podía verlos. Otro azul, el A6. Bienvenido sea. Me siento en los asientos individuales para poder abrir la ventanilla y q el aire frío me ayude un poco. La cabeza me da vueltas. Me imagino q alguien me pide el asiento y lo mando a la mierda. Pienso q alguien me va a querer cerrar la ventana y lo mando a la puta q lo parió. Hay dos q se ríen. ¿Se rien de mi? Les voy a cruzar una patada en la cabeza antes de bajarme. Pero nada de eso pasó. En la calle 27 de abril sube un vendedor vendiendo un CD con música de los 60 y 70. Pasó canciones de Camilo Sesto, Los Iracundos, Sergio Denis y Sabú entre otros.

Mi posición debió llamar la atención. Mano derecha sobre la frente del lado derecho, casi en posición de impacto. Casi no levanto la vista ni la cabeza en todo el viaje. De a poco el dolor se va yendo y no me molesta tanto la música del vendedor ambulante. Se baja él y al rato me toca a mi. Mareado, observado por todos, toco el timbre. No mas sacudones en la cabeza. Con los ojos casi cerrados me bajo donde era la Coca Cola y me siento a la fría sombra del paredón. Me fijo y no perdí ninguna de las cosas q llevada en la mano, solo un poco de mi dignidad, pero poco me importa. Ya estoy cerca de mi refugio: mi casa.

Una vez adentro, ya estoy en paz.

martes, junio 12, 2007

Es el peor despertar, esa pequeña punzada en la sien q pronto de decide y se dirige a la parte posterior del ojo. Inútil esperar q se vaya sola, voy y busco el paquete de friopack, fiel compañero entre migrañas. En un ratito el dolor desaparece, pero es astuto, se mueve a otro lugar, siempre en la mitad derecha del marote.

Mientras tanto el cerebro no descansa, salta, muta, se transforma de un pensamiento a otro; las disculpas q no presenté en el trabajo, la facu, lo q voy a escribir en el blog. La llamo o no a la noche? Ella va a entender? Tampoco puedo evitar pensar en el fútbol; El Ciclón ya es campeón, ahora, se salvará Belgrano? La cabeza es una tormenta y ya no puedo soportarlo en silencio. Puteo, maldigo, intercalos algunos ay lastimosos y pronunciados, estos, de alguna manera mitigan el dolor. Le pregunto a Dios por q a mi entre tantos. Trompadas a la pared, patadas. Luego caigo en desesperación y ya rompe el llanto. Las lágrimas son mas amargas q cuando perdí a mi primo y eso hace q me sienta culpable.

Así como vino, empezó a abandonarme. En posición fetal, pero boca abajo, espero la remisión total. Idiota. No puedo decir cuanto tiempo se estuvo yendo, pero antes de irse del todo decidió volver. Me desperté a las 4 de la tarde, con una largo camino de lágrimas q llega moja toda la almohada.

¿Cuántas uvas tendrá este racimo? Fueron sólo dos. Linda oferta.

Si los corticoides hacen efecto mañana no debería haber ni dolor ni racimo, pero no debería seguir tomándolos. Me voy a quedar sin huesos y con el tiempo ciego.

Es la una de la mañana y soy casi una persona normal. Tengo mucho hambre y acabo de cenar bien. Es como si algo desde adentro del cuerpo me dijera: “Cena bien esta noche, por q mañana desayunarás en el infierno”

domingo, junio 10, 2007

En estos días, todo tiene q ver con migraña. Todo amenaza con desatar una.

Viernes a la noche

Estaba plantando mi ejército de cactus, me pincho con uno y largo una puteada. La punzada casi venenosa, dispara una inundación de adrenalina. Late la sien derecha y la detengo luego de un rato con hielo en el lugar donde late.

Sábado a la mañana

Encuentro 4 cactus mutilados. Fueron los perros. Puteada y revoleada de alguna cosa al Checho, seguro fue él, el culpable. Es el mas alto. La presión aumenta en la cabeza. Entre el hielo y el ibuprofeno 600mg me salvan esta vez.

Domingo, día de fútbol

Gol de Boca a Belgrano. Puteada a todos los bosteros. Sube la presión pero me las aguanto. Casi goles de Belgrano, todos hacen doler, en el alma y en la cabeza.

Pierde Belgrano, desazón.

Empieza San Lorenzo. Gana 2 a 0. Nada parece opacar la fiesta tan esperada. Hasta q aparece Mauro Óbolo y empata el partido. Es demasiado. No lo escucho mas y me voy a acostar con el hielo en la cabeza. Me despierto al rato, ya comenzado el 2º tiempo. Ganamos 4 a 2, ya no me voy a acostar de nuevo, no importa q pase. San Lorenzo campeón y lágrimas en los ojos, recuerdos de haberlo visto en 1995.

Voy a comprar cosas para comer. Muy buen humor. Cuando vuelo, los perros voltearon ropa. La ira me inunda de nuevo. Los echo afuera y les pego unos puloverasos (vaya castigo), para ellos es terrible castigo, pero para mi es estallido en la sien derecha. Comienza automáticamente la puntada detrás del ojo y esos hermosos colorcitos, si uno estuviera bien drogado, pero no tengo esa suerte. Hielo, ibuprofeno 600 y dextropropoxifeno ayudan en algo.

No puedo seguir así. Espero q Don alprazolam me ayude.

viernes, junio 08, 2007

Hoy no me dolió la cabeza. Pablo 1 Migrañas 0.
Espero q no me den vuelta el partido.
Como regalo les dejo un videito de Puerto Madryn, en cuanto you tube lo pueda subir.

jueves, junio 07, 2007

Calvario

 

El mayor de mis miedos está presente otra vez: la migraña. Tuve la primera mientras estaba en Madryn, pero pensé q era sólo una aislada. Vana ilusión. cuando ya había regresado a Córdoba tuve otra, muy suavecita, pero con ese nosequé q las hace inconfundibles.

Primero siento como una contractura en el cuello, del lado derecho. Muevo el cuello de un lado a otro buscando el alivio, pero es en vano. A los pocos días viene la primera, q por lo general es suave, pero lo suficiente como para q me moleste la luz y busque la oscuridad.

El dolor se siente en la superficie de cráneo, aunq a la vez interno. La vasodilatación es bien notable al tacto. Colocando el dedo sobre la parte delantera de la oreja, se siente el paso aumentado de sangre. Si presiono mas el dolor desaparece, pero sólo unos segundos, y aumenta en otra parte. Se siente como si te clavaran largas agujas dentro del hemicráneo derecho, todas ellas proyectadas hacia delante. Las peores son las q apuntan derecho a la parte posterior del ojo. Si tuve varios episodios en un día, se ven delicados colores violeta en cada punzada, todas ellas coincidentes con cada latido del corazón.

Durante los primeros días el humor es bueno, cuando el dolor me abandonó, pero se q de a poco todo irá empeorando. Por lo general peor me pongo cuando mas larga sea la seguidilla de ataques. Me molestan las risas ajenas, incluso cuando estoy bien. El odio se hace generalizado y es mejor q no maneje un auto en esos días.

No quiero seguir aburriendo ahora. Tengo mucho mas q contar.

lunes, junio 04, 2007

Es difícil escribir algo ahora. No me siento bien, creo q tengo fiebre y para colmo estoy laburando en una farmacia donde nos están explotando. Vamos a ver cuanto tiempo duro allí.
Respecto del otro tema está todo bastante bien. De a poco vamos allanado las diferencias y encontrando otras coincidencias. Ahora es mas dificil, por q trabajo todo el día y a la noche solo tengo ganas de clavarme en la cama.
Después les sigo contando.

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