viernes, febrero 15, 2008

Aquel 25 de diciembre...

 

Aquel 25 de diciembre, cuando me encontré a Boni en la costanera. Me traje más q un cobayo. Cuando se enteraron de mi nueva mascota, algunos, los q no me conocían me tildaron de loco; como iba a andar juntando una rata de la calle! Y los q me conocían, si bien no se sorprendieron, les llamó la atención q esta vez fuera un roedor y no un perro o una paloma, una mascota mas normal.
Boni se adaptó bien a la casa, a pesar de los intentos de los perros por hacerlo presa suya. Medio molesto a la hora de dormir es, por q le gusta ponerse a picar papel o comerse la caja q tiene por madriguera. Otra práctica bastante molesta es roer la cazuela de la comida y no dejarme dormir, ni a la siesta, ni a la noche. Ninguna de estas cosas me llamaba demasiado la atención, hasta q desde hace unos días atrás se quedaba en su casita, sin salir mas q a comer apresuradamente y volver a su lugar en la puerta de la casa. Pensé q estaba enfermo, por q después de todo me había encontrado un adulto de buen tamaño, pero no. Hoy cuando llego de la farmacia, empapado por la lluvia, veo q Boni no era un cobayo, sino cobaya y q había dado a luz a dos simpáticas crias.

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