Extraño regalo
No me gusta la Navidad, ni el Año Nuevo ni los cumpleaños, q en mi caso justo cae el 25 de Diciembre, así es q no espero saludos y mucho menos regalos, pero esta vez fue algo particular.
Me desperté el 25 a las 11 de la mañana cuando el celular me anunciaba un mensaje. Me estaban invitando a ir a la casa de alguien y resultaba bastante promisorio, si entienden a lo q me refiero. Pero había un problema, me había dormido y les había prometido a mis perros q los iba a llevar al río. Por alguna causa q la lógica me impide dilucidar, me decidí a cumplir la deuda con mis perros.
Los llevé a dar una vueltas por el barrio a cuatro de ellos y reservé el paseo largo para la Carola. Cruzamos la avenida y ya estábamos en la costanera. Como corresponde, la Carola se tiró de panza al río y se puso negra de barro podrido; todo iba según lo planeado. Avanzamos un poco mas y de repente, al pasar al lado de una caja, la Gorda se queda clavada apuntando al interior. “Cagamos – pensé –seguro q hay un perrito o un gatito adentro”. Me fijo y veo unos pelos blancos. Era un cobayo. Sus ojitos rosados me miraron. No lo podía dejar ahí, a su suerte y en medio de rayo del sol. Celular mediante llamé a mi vieja para q viniera con una caja sana. Mientras ella llegaba, me dediqué a trabajar sobre la cabeza de la Carola, para q no atacara al pobre Boni (el nombre se me ocurrió de inmediato, no se si por Bonie Parker o por Bonito). Yo se q la Gorda entendió, por q si ella hubiera querido lo mata de una sola mordida.
Es extraño el encontrarse un cobayo. Este es un adulto y estoy seguro q fue abandonado para q hiciera su vida a la orilla del río. Lo q seguramente no sabía el hijo de puta q lo tiró es q los animales en cautiverio difícilmente sobrevivan ya q no saben como alimentarse y mas aún un cobayo q por lo q estoy leyendo en Internet, se apegan mucho a sus dietas. Espero q no se lo hayan quitado a un niño y le hayan dicho q su ratoncito se escapó o alguna de esas boludeces q dicen los adultos cuando un miembro de la familia no es demasiado conveniente, tal vez por su olor, como en el caso de Boni.
Reflexiono ahora mientras estoy en la farmacia y me pregunto: ¿Qué clase de tipo, al q las minas no le sobran, cambia un día de seguro tener sexo por pasear a los perros y traerse una rata olorienta a su casa? Creo q solamente a mi se me ocurriría una cosa así...
Lo plantó pol @ 1:59 a. m.
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