domingo, noviembre 11, 2007

Fin de semana agitado

 

Una vez más no pude descansar en el fin de semana. A pesar de no haber trabajado, estuvo muy agitado.

Dediqué el sábado a comprar un traje para ir bien arreglado el día q me entreguen el papelote. Sabía q era una tarea complicada, por q por lo general si me va bien el saco, el pantalón me va bailando y para arreglarlo, prácticamente hay q hacerlo de nuevo.

En la farmacia tengo dos compañeras de trabajo q son medio lentas a la hora de atender al cliente, les falta ese toque de amabilidad, sin llegar a ser melosos, q es fundamental para ser un vendedor. Bueno eso mismo era de lo q carecía el vendedor de la 1era casa donde me probé el traje. Actuaba como si no quisiera venderme uno. En otra casa el vendedor quería convencerme de cual tenía q ser mi gusto para con los trajes. El quería q me gustaran los trajes con dos cortes laterales. Ni loco. En otra casa tenían unos q la tela estaba llena de pelusas q salían de la tela misma. “No, los hacen así ahora” El tipo debió verme cara de pelotudo, pensando q me iba a creer esa idiotez. En la casa siguiente me atendió una chica q me tiró un par de datos muy buenos. En cuanto me lo puse algo no me gustó y antes q yo le dijera algo, ella me dijo: “Ese traje no es para vos. Te voy a buscar uno q te calce mejor” El otro me andaba bien, pero no era el color q buscaba. La verdad es q si los vendedores estaban a comisión, la q se la merecía era ella. Finalmente encontré uno q me gustara y quedara bien a la vez, en la última casa q iba a visitar. Traje, camisa, corbata y cinto por $412. Faltaban los zapatos. Estos serían para trabajar, por q ya tengo zapatos de vestir. Los compro siempre en las mismas casas, para no dar tantas vueltas, pero esta vez no fue así. En la 1era casa le hice sacar 8 pares de zapatos al vendedor. En la segunda solo fueron 12 pares. Entre tantos zapatos sueltos, me suena el celular. Era un contador de La Rioja, con una oferta laboral óptima; casa en Catamarca, la q yo quiera, mas sueldo y comisiones. La cabeza se me fue de la zapatería al desierto catamarqueño. Al ratito un mensaje de mi vieja: Necesitan farmacéutico. Ese ya me dio bronca. Estuve literalmente penando por un laburo tanto tiempo, y ahora las ofertas me sobran…No es justo.

Finalmente elegí los zapatos, pero no me sacaba ese malestar de encima. Me volví a casa en un taxi, loco de hambre. Cuando me siento a la mesa, llega otro mensajito, era de Bárbara, una amiga con la cual había hablado hace algún tiempo de la posibilidad de irme de casa, por todos los quilombos q tenía. Cuando leí su mensaje, el hambre y la bronca se disiparon en un saniamén.

“Si querés te puedo mostrar la casa ahora”me decía. Resumiendo, la casa está espectacular. Es lejos tres veces mas grande de lo q puedo ocupar, pero los perros me van a ayudar. El patio, a pesar q hay q desmalezarlo, se va a convertir en un verdadero orquideario y jardín de bonsái. Quien les dice q para comienzo de año, no este en casa nueva. Además esta a 100 metros de la Farmacia.

Amor a pedir de boca.

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