"Claustrophobic"
Me pidieron q me hiciera un estudio, en un centro de imágenes. El estudio, tal como me lo pidió la doctora es una angiografía de vasos cerebrales.
Luego de anunciarme en mesa de entrada, me llevan al lugar donde me iban a hacer el citado estudio. Entro, lo veo y me doy cuenta q no era lo q esperaba. El citado estudio, no es otra cosa q una Resonancia Magnética Nuclear (RMN), estudio q ya me habían hecho antes y no la había pasado nada bien.
Para realizar el estudio te recuestan en una camilla corrediza, te tapan las orejas con una especie de orejeras (q vaya a saber cuantos las usaron antes), te aseguran la cabeza con una cinta para q NO la muevas y además de todo te ponen una especie de armazón o máscara q hace q tu propia respiración te rebote en la cara, haciendo mas insoportable la experiencia. Luego la camilla corrediza se ingresa en una especie de tubo q es donde se realiza el estudio. El secreto de este estudio, es q el paciente se quede bien quietecito, de lo contrario las imágenes salen movidas.
En cuanto ví el aparato me comenzaron a sudar las manos, pero a pesar de todo, me dejé introducir en el tubo, o como le dicen ellos, el nicho.
Algo no estaba bien, le pedí instantáneamente q me sacara, por q me hacía calor. No bien me salgo del tubo, me sugirieron levemente, q si no estaba bien me lo podían hacer otro día. “Listo, mejor lo hacemos otro día” contesté. Sabía q en tales circunstancias no hubiera podido terminarlo.
Me costó varias noches de tensión el asimilar q una semana después me tenían q hacer ese mismo estudio. Decidí q me lo hacía pero previamente me iba a tomar un ansiolítico. Eso mismo hice. Una hora antes me administré un alprazolam de 1 mg., el cual ayudó en gran parte a q me lo pudieran hacer.
Químicamente calmado, me realizaron todo el procedimiento q describí antes, solo q esta vez me ofrecieron una manguera de oxígeno, la cual acepté. El aplax q me tomé y esa manguera, me ayudaron de una forma inimaginable, por q de otro modo me hubiera muerto ahí dentro. Jamás pensé q tantas cosas me pudieran pasar por la cabeza en ese estado de encierro.
Siempre tuve una pequeña medida de claustrofobia, pero la dominaba. No pensé nunca q me provocaría una sensación tan fea como ahora.
* * * * *
Un tiempo atrás me encontraba acompañado en la peatonal de la Ciudad de Córboba. Todo estaba muy lindo y era normal. Como era verano, los artesanos comenzaban a armar sus puestos en el suelo, lo cual entorpecía el transito de los peatones, sumado al hecho q era la hora del cierre del comercio. Por lo tanto la situación era: mucha gente en una calle mas angosta q de costumbre. De repente me sentí encerrado, una extraña sensación en el pecho, para el lugar donde mirara, gente. No había escapatoria. La cabeza se me comenzó a aturdir y no podía retomar el dominio de la situación.
De repente, veo una galería y sin importarme mi acompañante, fui y me puse de espaldas a la multitud, Me quedé así un rato, no se cuanto tiempo. Cuando me di vuelta todo estaba normal. Pude ir a la parada del colectivo, y volver a mi casa sin problemas.
* * * * *
La definición q manejaba de claustrofobia era aversión a los lugares cerrados. Por otro lado lo q conocía respecto de la agorafobia era miedo a los lugares abiertos, pero aquí encontré otra definición; miedo a los lugares abiertos y a las multitudes.
Las multitudes; como podría tener miedo a las multitudes si otras veces me he encontrado ante grandes multitudes de personas y jamás me había pasado nada. Será acaso q me encuentro a frente a algo nuevo; tal vez una combinación de las dos cosas? Por eso me permito agregar una nueva definición; Claustroagorafobia: aversión o miedo al encierro q puede provocar una multitud en un lugar abierto.
No se me ocurre ninguna conclusión respecto de este asunto, solo q tal vez todas estas cosas salen a la luz por el ambiente no natural al q nos someten las grandes ciudades.
Lo plantó pol @ 12:54 p. m.
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